Los distintos países miembros de la Unión Europea finalmente han aceptado la propuesta presentada por España para establecer una normativa anticontaminación Euro 7 más laxa de lo contemplado inicialmente por la Comisión Europea. Una vez se aprueben los últimos detalles en una reunión ministerial, la propuesta deberá ser debatida en el Parlamento Europeo.
El pasado mes de mayo, un total de ocho países (Francia, Italia, República Checa, Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumania y Eslovaquia) firmaron un documento en el que pedían la supresión total de la Euro 7 por considerarla poco realista, así como potencialmente perjudicial para la industria autóctona. «Nos oponemos a cualquier nueva norma de emisiones (incluidos nuevos requisitos o nuevos límites) para automóviles y vehículos comerciales»
La Euro 7 se ha topado desde el principio con una fuerte oposición por parte de los fabricantes, que consideran que la norma les obligará a desviar parte de sus inversiones en electromovilidad a la actualización de sus motores de combustión interna, los cuales se prohibirán de forma efectiva en 2035.
De acuerdo con el lobby ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles), la Euro 7 en su forma original podría costarle a la industria hasta diez veces más que lo estimado por la Unión Europea: mientras que la Comisión estima que el monto ascendería a unos 184 euros por automóvil, Frontier Economics eleva esta cifra a 1.862 euros.
Los fabricantes consideran la Euro 7 innecesaria y contraproducente
«No creo que Europa necesite la Euro 7. Va a desviar parte de nuestro poder de I+D a algo que no necesitamos, mientras que nuestros competidores chinos ingresan al mercado únicamente con coches eléctricos a baterías. ¿Por qué estamos usando nuestros recursos en una tecnología que queremos prohibir? No es de sentido común», declaraba hace unos meses Carlos Tavares, el siempre polémico CEO del grupo Stellantis.
El borrador presentado por España busca ser una propuesta de compromiso que contente a todo el mundo. Sobre el papel, rebajar las ambiciones de la Euro 7 permitirá extender unos años la producción de algunos modelos térmicos sin hibridar (véase los SEAT Ibiza y Arona, que se producen en Martorell, Barcelona).
Como era de esperar, el movimiento liderado por España no ha sido bien recibido por las organizaciones ecologistas. «En esta nueva propuesta de la Presidencia española se han debilitado los límites de emisiones para turismos. No hay cambios en los límites de emisiones para turismos y furgonetas respecto a la Euro 6, ni siquiera para los diésel, que puede emitir más contaminantes NOx (óxidos de nitrógeno) que los de gasolina», señalaba la semana pasada Transport & Environment.
Font, article de Alber Callejo per a "Forococheseléctricos"
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