Una empresa alemana ha desarrollado unos muelles fabricados con materiales plásticos más ligeros y longevos que los tradicionales.
El objetivo es ahorrar peso, un factor muy importante para los coches eléctricos, que necesitan ser lo más eficientes posibles para aumentar su autonomía.
Ligereza, fundamental
Y uno de los sistemas esenciales en los que se puede ahorrar peso es la suspensión. Porque al minimizar su inercia, las ruedas tienen más libertad para filtrar las irregularidades de la carretera y transmitir menos tensión a la carrocería.
Elementos como las llantas, los neumáticos, los discos, las pinzas y las zapatas, son no amortiguados, mientras que los brazos de suspensión, las barras de dirección, los amortiguadores y los muelles se consideran parcialmente amortiguados porque tienen un extremo anclado a la carrocería.
Estos muelles de plástico reforzado con fibra de vidrio suponen un ahorro de peso de hasta el 75% en comparación con los elementos helicoidales de acero tradicionales, lo que aporta ventajas en confort y aumenta la autonomía de los vehículos eléctricos. Otra ventaja es la resistencia a la corrosión, ya que el compuesto de fibra de vidrio es inmune al ataque del oxígeno y el agua.
Mayor seguridad
Además de la reducción de peso, Rheinmetall, destaca que este tipo de amortiguadores cuenta con una mayor estabilidad en cabeceo y balanceo, así como unas características óptimas de ruido, vibración y dureza.
Estos muelles, según el fabricante, requieren el mismo espacio de instalación que los muelles tradicionales, tienen una alta resistencia a la fatiga (es decir, la degradación causada por pequeños esfuerzos repetidos cuyos efectos se suman con el tiempo) y un comportamiento favorable incluso en caso de daños.
A todo esto se le suma una forma muy característica y diferente al de un muelle de acero normal, ya que en vez de en espiral, presenta una especie de escultura en zig-zag.
Font, article de Alfredo Rueda per a "El motor El país"
No hay comentarios:
Publicar un comentario