jueves, 20 de julio de 2023

La capacidad de producción de las baterías de sodio podría crecer más rápido de lo pronosticado por los analistas

 De acuerdo con el último informe publicado por IDTechEx, las baterías de sodio irán ganando peso en la industria internacional durante los últimos compases de la década, ya que la diversificación de las químicas empleadas en las celdas será clave para asegurar que la capacidad de producción pueda seguir aumentando a largo plazo para satisfacer la creciente demanda en sectores como el del transporte o el del almacenamiento estacionario.


Aunque no desplazarán a las baterías de litio, las de sodio serán un complemento perfecto para ellas en numerosas aplicaciones, pues ofrecen algunas ventajas reseñables a nivel de coste, seguridad, sostenibilidad y rendimiento. Además, se benefician de los mismos procesos de producción, lo que abarata las inversiones necesarias para su despliegue.

Actualmente, la capacidad de producción mundial de baterías de sodio es muy baja, ya que sólo se han puesto en funcionamiento líneas piloto o fábricas de pequeño tamaño, en el mejor de los casos. Para 2025, se habrán instalado aproximadamente 10 GWh en todo el mundo, con un crecimiento anual compuesto del 27% hasta 2033.

Sin embargo, es posible que el crecimiento resulte más rápido de lo previsto una vez la tecnología haya sido testada y los diferentes fabricantes hayan logrado la financiación necesaria. Y es que, como hemos indicado antes, las líneas de producción de baterías de litio se pueden adaptar fácilmente a las de sodio, por lo que los 10 GWh indicados en el informe podrían terminar quedándose cortos.

Las baterías de sodio se utilizarán en coches eléctricos de bajo coste

BloombergNEF estima que, para 2025, la densidad energética de las baterías de sodio será similar a la de las LFP (litio-ferrofosfato) a principios de la década, momento en el que comenzó su adopción masiva por parte de las marcas chinas. Eso sí, cuando hayan alcanzado la escala suficiente, las baterías de sodio podrían costar la mitad que las LFP.

Más allá del hecho de que el sodio es un elemento más abundante, sencillo de extraer y asequible que el litio, también habría que destacar que no se alea electroquímicamente con el aluminio a temperatura ambiente, lo que permite sustituir el colector de corriente de cobre en el ánodo por uno de aluminio, bastante menos costoso.

Algunos fabricantes de automóviles low-cost como Dacia ya han hablado abiertamente de la posibilidad de adoptar esta tecnología en sus futuros modelos eléctricos. «Tal vez la batería [del próximo Sandero] sea a base de sodio. Algunos argumentan que las baterías de sodio no son buenas porque no almacenan mucha energía y son pesadas. Pero son baratas», declaraba recientemente Denis Le Vot, CEO de la firma rumana.

Font, article de Alber Callejo per a "Forococheseléctricos"

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