lunes, 17 de julio de 2023

Un experimento demuestra que el azúcar es la clave de una nueva revolución de las baterías de energías renovables

 


Este elemento puede ser diferencial para reducir el impacto medioambiental de las baterías.

La longevidad de las baterías es uno de los aspectos más preocupantes para la industria tecnológica. Desde hace años, multitud de empresas e instituciones han focalizado sus investigaciones en analizar métodos capaces de aumentar la duración de estos dispositivos. En esencia, la mayor parte de los dispositivos tecnológicos depende de la alimentación de las baterías, razón por la que la demanda en torno a este producto es mayúscula. Y, por ello, muchos han comenzado a mirar con lupa el resultado de un experimento que, en resumidas cuentas, ha demostrado que el azúcar puede ser la clave de una inesperada revolución tecnológica.

El Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico del Departamento de Energía de Estados Unidos publicó un reciente artículo en la revista científica Joule. En él, demostraron cómo el uso de un azúcar simple disuelto derivado del almidón ayuda a mejorar la longevidad y la capacidad de la batería. Así, durante su investigación, descubrieron que podían optimizar la proporción de productos químicos en el sistema de batería, una labor que les ayudó a lograr un 60% más de potencia máxima que la conseguida con los métodos actuales. Y, por fortuna, las ventajas no acaban ahí.

Este avance convierte al azúcar en un inesperado protagonista tecnológico

Es la primera vez, según se relata en dicho informe, que se consigue este hito con una batería de flujo. Este tipo de dispositivo consta de dos cámaras llenas de líquido que se utilizan para producir una reacción electroquímica que, en esencia, almacena y libera energía. Así, el aditivo de azúcar simple acelera esta reacción gracias a su sorprendente capacidad catalítica, un evento que permite un flujo eficiente de la energía del dispositivo. Para Wei Wang, director de la investigación, su descubrimiento es vital al haber demostrado que “se puede utilizar un tipo de catalizador distinto diseñado para acelerar la conversión de energía”.

Este descubrimiento, a grandes rasgos, podría propiciar que las baterías de flujo aumentasen hasta tener tamaños descomunales. Gracias a ello, sin necesidad de extraer materiales caros o escasos, un evento perjudicial para el medio ambiente, podrán almacenar enormes cantidades de energía. Y, de esta forma, ahondar en un campo que preocupa a muchos responsables del sector tecnológico: la capacidad y la duración de las baterías. Sea como fuere, este descubrimiento relacionado con el azúcar es, como mínimo, revolucionario.

Font, article de Abelardo González per a "3D juegos"

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