A menudo, el desarrollo de nuevas tecnologías relacionadas con fuentes de energía renovables ha estado acompañada de proyectos que tratan de conseguir un doble efecto más allá de contribuir a la descarbonización y reducir el consumo de combustibles fósiles. Buen ejemplo de ello son las experiencias de restauración ambiental en los puntos que se instalan paneles solares.Si ya hemos visto demostraciones de la recuperación del ganado en España que se encarga de mantener libres de malas hierbas campos con instalaciones fotovoltaicas, desde EEUU llega otra iniciativa que actúa sobre uno de los grandes problemas y retos que deberá afrontar la humanidad -de nuevo, por culpa de la humanidad-, el riesgo de desaparición de insectos polinizadores en las que las abejas son las reinas.
Según recoge la edición brasileña de IGN en un reportaje, la conocida como agrovoltaica lleva poniéndose en práctica desde la década de los años 80 y ha permitido contar con experiencias como la que ha tenido lugar durante un lustro en Minnesota, en el marco de una investigación del Laboratorio Nacional Argonne.
Aumento constatado
Bajo la premisa de que los paneles solares crean zonas de sombra que reducen la evaporación del agua de riego y protegen los cultivos de las olas de calor, se apostó también por su uso combinado para repoblar el campo con abejas. Pudieron demostrar que los campos adyacentes y los campos de cultivo agrícola también se beneficiaron del aumento de abejas registrado, no solo las de la propia instalación solar.
Para hacerse una idea de la magnitud, el nivel de aumento en la polinización fue comparable al logrado en áreas protegidas por el Programa de Reservas de Conservación del Departamento de Agricultura de EEUU. Un sistema por el que se paga a los agricultores para que retiren productos de algunas tierras y así poder restaurar los hábitats naturales de los insectos.
Font, article en "HuffPost"
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