Los puertos españoles se transforman radicalmente mientras el Estado genera ingresos gracias al veto de la Unión Europea a las importaciones desde Rusia.
Con la prohibición de importar carbón ruso, España se ha convertido en un intermediario clave para satisfacer la demanda energética de otros países. Lo demuestra el número de operaciones de este tipo que se han registrado a lo largo del primer semestre de 2023, en el que las reexportaciones de carbón se han multiplicado por seis respecto al mismo período de 2022.
Asturias en particular, convertida en epicentro de esta actividad en España, concentra más del 75% de todas las reexportaciones de carbón que se han realizado en los puertos españoles, unas operaciones que han generado unos ingresos de 431,5 millones de euros, casi un 500% más que el año anterior, según el portal Activos.
Los puertos españoles se han transformado radicalmente, pasando de ser meras puertas de entrada a puntos neurálgicos en la cadena de suministro global. Países productores de carbón como Australia, Indonesia y Sudáfrica han redirigido sus exportaciones hacia España, aprovechando la ubicación estratégica y la infraestructura portuaria. A medida que los envíos llegan a España desde cualquier lugar del mundo y se van en grandes buques rumbo a su destino final de envío, la economía española registra un ingreso.
La reexportación de carbón en los puertos españoles también ha influido en la balanza comercial, equilibrando la disminución de las importaciones con ingresos generados por las exportaciones. Países como Indonesia, Croacia, Marruecos y Finlandia han visto un como las importaciones de carbón desde territorio español han ido en aumento, una tendencia que ha contribuido al crecimiento económico de España y sus socios comerciales.
Font, article de ""HuffPost"
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