- El Frob abrió la puerta a aplazar la salida ante el potencial de revalorización del banco del 25%
- La participación del Estado en CaixaBank roza hoy los 6.970 millones y prevé un elevado dividendo
- El Estado debería salir antes de 2026 pero no recuperaría los 24.069 millones en ayudas inyectadas
Italia, Grecia y Alemania aceleran en la privatización de los bancos que socorrieron con ayudas públicas tras estallar la crisis financiera para evitar su colapso, mientras que España se "ancla" en CaixaBank con el argumento de aprovechar su potencial de revalorización en bolsa para maximizar la recuperación de fondos públicos.
La mayoría de países que entraron en entidades al rescatarlas han aprovechado los momentos favorables de la bolsa para buscar relevos totales o parciales al Estado en su capital. Y la situación de Atenas es, si cabe, más notoria por ir en avanzadilla cuando fue la que economía prácticamente se hundió con aquella crisis y tuvo que solicitar el rescate del país a Europa.
El Gobierno de Kyriakos Mitsotakis colocó en bolsa a principios de este mes un 10% de Banco Nacional de Grecia por 690 millones de euros. Su desinversión arrancó a finales de 2023 con la venta de un 23% a HFSF y aún le queda otro 8,3% de participación. Pero la última transacción ya supone la undécima privatización desde junio de 2023 y ya ha completado la salida en Alpha Bank, Piraeus Bank y Eurobank Ergasi, a los que dio soporte, incluso, después de la crisis.
Grecia va en avanzadilla
Atenas ha puesto el pie en el acelerador para reducir la elevada carga de deuda pública asumida durante la crisis de 2010, recaudando con todas estas ventas más de 7.800 millones de euros y colocándose en cabeza en cuanto a las privatizaciones de bancos auxiliados.
El rally bursátil protagonizado por los bancos al calor de la mejora de rentabilidad conseguida con las subidas de los tipos de interés en las diferentes geografías ha alentando otras transacciones así. Quizá la más sonada ha sido la venta el pasado mes de septiembre del 4,49% de Commerzbank a UniCredit por 702 millones por parte del Gobierno alemán por la intención del italiano de aprovechar para fusionar el banco germano, en contra de los deseos de Berlín. UniCredit controla, de hecho, un 21% de la entidad -compró otro 4,5% en el mercado- y se baraja que proyecta elevar su cuota al 29%. Alemania aún conserva otro 12% y ha puesto en stand by cualquier desinversión posterior tras el disgusto por la ofensiva del italiano. Anteriormente redujo del 20 al 3,5% su posición en Deutsche Pfandbriefbank, filial de Hypo Real Estate, o en HSH Norbank.
Monte dei Paschi
Italia es otro ejemplo del acelerón en las privatizaciones aprovechando el buen momento bursátil. El Gobierno de Giorgia Meloni prepara la venta de un 15% del banco Monte dei Paschi, el banco más antiguo del mundo que tuvo que ser rescatado en 2017. Llegó a controlar un 64% en su capital, pero en noviembre vendió un 25% por 920 millones y el pasado mes de marzo colocó otro 12,5% por 650 millones. Otro programa de privatización todavía inconcluso es el de Holanda, que controla alrededor del 40% de ABN Amor.
Reino Unido bajó en julio al 19,97% la cuota en NatWest después de que en marzo la redujese por debajo del 30%, dejando así de ser accionista significativo. El Gobierno británico también llegó a entrar en Northern Rock, que vendería posteriormente a Virgin Money; y en Lloyds, del que salió a través de dos colocaciones aceleradas de su 43% del capital entre 2013 y 2014. Irlanda, otro ejemplo, salió de Bank of Ireland y redujo posición en AIB Group o Permanent TSB. En Portugal, el fondo Lone Star proyecta sacar a bolsa Novobanco, del que posee un 75% mientras que el 25% restante se encuentra aún en manos del Estado.
El Frob prefiere esperar
Frente a esta tendencia en España se ha abierto la puerta a posponer de nuevo la salida de CaixaBank, donde desembarcó el Frob como accionista mayoritario de Bankia. Si se cumpliese el calendario, el Frob debería enajenar el 17,88% que controla del banco antes de finalizar el año 2025, pero el presidente del organismo, Álvaro López Barceló, allanó el camino a una nueva prórroga el pasado 8 de octubre explicando en el Congreso de los Diputados que el mandato del organismo es maximizar la recuperación de ayudas públicas y los analistas daban a CaixaBank un potencial de revalorización bursátil del 25%.
Si el Gobierno extendiese el calendario sería la quinta vez que amplía la ventana de salida tras las prórrogas aprobadas en 2016, 2018, 2021 y 2023, en todos esos casos con el argumento del mal momento que vivían las sociedades cotizadas o los bancos en bolsa.
El 17,88% de CaixaBank roza hoy los 6.970 millones de valor en bolsa, con un incremento próximo al 50% en el año y un 255% superior a lo que valía la participación del Estado en Bankia antes de destaparse el proyecto de fusión con CaixaBank.
Sin embargo, la cifra está lejos de los 24.069 millones comprometidos en ayudas en Bankia y en BMN, fusionada también en Bankia. Desde 2012, el organismo ha realizado dos desinversiones parciales: vendió un 7,5% del capital en febrero de 2014 por 1.304 millones y otro 7% por 818 millones en 2017. Los ingresos posteriores han llegado a BFA a través del pago de dividendos, pero se habrían quedado en la matriz sin revertir al Erario, hasta el año pasado cuando el Frob recibió los primeros dividendos, por valor de 335 millones, al haber destinado el resto a cubrir diferentes contingencias legales.
Font, article de Eva Contreras per a "el economista.es"
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