Motor de hidrógeno
El V8, al ser un motor de combustión, opera mediante pistones para convertir la energía térmica en energía cinética, funcionando de manera similar a los motores de gasolina y diésel convencionales presentes en los automóviles actuales. Sin embargo, su principal diferencia radica en que, como subproducto, solo genera vapor de agua, lo cual lo posiciona como un motor completamente libre de emisiones contaminantes.
Este avance supone un desafío adicional a la presunta supremacía que los motores eléctricos están ganando con el transcurso del tiempo, demostrando que la innovación en la tecnología de combustión interna también puede contribuir significativamente a la reducción de la contaminación ambiental.
“Los motores de hidrógeno tienen el potencial de ser neutrales en cuanto a emisiones de carbono y, al mismo tiempo, mantienen viva nuestra pasión por los motores de combustión interna”, reivindica Yoshihiro Hidaka, presidente de Yamaha Motor, en un comunicado en el que la compañía informa sobre el desarrollo del motor V8 de alto rendimiento.
Alianza japonesa
Yamaha, sin embargo, no está sola en esta empresa. Se ha unido a Kawasaki, Honda y Suzuki en la búsqueda —mediante un trabajo conjunto— de un sistema de propulsión completamente limpio y sin emisiones, sin necesidad de recurrir a la instalación de una batería eléctrica.
Las cuatro compañías se unieron para formar el consorcio HySE. Todas son de origen japonés, y a estas habría que sumar marcas como Toyota, Mazda o Subaru, también niponas, que han desafiado el futuro de las baterías de iones al no considerarlas como la solución definitiva al problema de las emisiones contaminantes en la movilidad.
Movilidad náutica
El nuevo motor de Yamaha no es otro que un potente motor fuera de borda diseñado para embarcaciones. Y no se trata de un motor pequeño, sino de un imponente V8 de 5,4 litros. Es el primero de su clase, ya que anteriormente no existía un motor con estas características que se hubiera integrado de manera exitosa en una embarcación de recreo. Yamaha ha establecido colaboraciones con marcas como Roush y Regulator Marine para el desarrollo de otros componentes en los cuales no tiene especialidad, como el casco del barco.
Este avance es significativo porque resalta una limitación de la electricidad y las baterías como alternativa a la gasolina y el diésel. Y es que aunque se ha logrado integrar baterías en vehículos automotores, no es tan fácil en todos los medios de transporte. Por ejemplo, en el transporte de carga con camiones aún no se ha encontrado una solución óptima. Lo mismo ocurre en el caso de las embarcaciones.
Además, es bien sabido que las baterías de iones no han resultado ser la solución ideal para las motocicletas. De hecho, la alianza HySE de Yamaha, Honda, Suzuki y Kawasaki parece estar más enfocada en desarrollar un motor para motocicletas que para automóviles. El desafío radica en que integrar una batería con la autonomía necesaria para una moto potente implica añadir un peso excesivo, lo que dificulta su viabilidad. Por el contrario, el hidrógeno como combustible aunque ocupa espacio es mucho más ligero.
La pregunta importante es bastante simple: ¿qué llegará primero, una solución para lograr una mayor autonomía en las baterías de iones o una tecnología para producir y comprimir hidrógeno a un costo y escala óptimos? Esto determinará el futuro de la movilidad. Sin embargo, la alianza HySE ya ha desarrollado un prototipo de motocicleta de gran potencia con el motor de la Kawasaki Ninja, la Kawasaki Ninja H2 HySE, lo que sugiere que al menos en el ámbito de las dos ruedas, este podría ser el camino por seguir.
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