La Ley CHIPS va a ir un paso más allá como se esperaba, y aunque todo lo que vamos a ver no salga de dicho fondo destinado a los chips y semiconductores, la realidad es que una parte del dinero sí que vendrá de esta ley. EE.UU. tiene un problema y está desarrollando ahora mismo la solución. El problema es China y la dependencia que Biden tiene en cuanto a componentes tecnológicos-militares. La solución, como era obvio, son sus propias empresas, y ahí entran Intel y GlobalFoundries, las cuales surtirán de chips a EE.UU. para enfrentar la amenaza china, rusa y de oriente medio.
Hay datos que son realmente llamativos y que en muchas ocasiones desconocemos, pero dado el increíble y complejo sistema de espionaje chino y cómo trabajan la ingeniería inversa, la realidad es que EE.UU. no ha sido muy inteligente poniendo en suelo de Xi Jinping muchas de las piezas necesarias para construir la tecnología de su ejército.
Biden está para bellum
Si quieres paz, prepárate para la guerra, una frase que en latín sería Si vis pacem, para bellum. Vegecio sabía de lo que hablaba sin duda. La frase ha sido usada en multitud de ocasiones y mal asignada en cuanto a su creador, pero está claro que EE.UU. está, como decían en John Wick 3, PARA BELLUM.
Y es que el gobierno americano se equivocó al confiar en China. No en vano, una de las piezas clave en cuanto a electrónica de un proyecto ultrasecreto como ha sido el caza de combate de última generación llamado F-35 viene del país de Xi Jinping, como tantas otras piezas de electrónica. Y no es el único proyecto que llega desde el país asiático a piezas. Misiles, radares y un sin fin de hardware está llegando todavía desde su suelo.
Biden ha dicho basta, entendió el problema, entendió que China estaba mirando con lupa todo componente que exporta y comprendió que eran capaces de comprender el entramado de hardware militar. Lo han usado para avanzar unido al espionaje de alto nivel, y claro, cuando hasta un PCB de un F-35 sale del país de Xi Jinping, toca cambiar y potenciar la industria americana a costa de un precio mayor. Es, nunca mejor dicho, el precio de la privacidad y seguridad nacional.
EE.UU. se aferra a los chips de Intel y GlobalFoundries para relanzar la carrera armamentística frente a China.
Por todo lo comentado a modo de introducción de lo poco que sabemos sobre los movimientos en secreto de los americanos, sí que se ha trazado hacia qué empresas va a dibujar el nuevo sistema militar americano. GlobalFoundries tiene una importante misión aquí, y es facilitar los chips de 45 nm hasta 28 nm al ejército americano, donde para ello, se están reubicando líneas de producción y, con el dinero del Ministerio de Defensa, se van a ampliar las instalaciones y FAB.
EE.UU. necesita más que nunca chips, PCB, SMD y cualquier componente electrónico y hardware que puedan tener desde un control hasta un portaaviones, el tiempo corre y la guerra se acerca a sus puertas. El contrato con GlobalFoundries tiene un tinte apocalíptico como poco: 10 años y más de 3.100 millones de dólares para no parar de fabricar chips destinados al ejército. Es mucho tiempo y dinero, más del habitual y por mucho, pero no nos quedaremos ahí...
El ejército no tiene suficiente con GlobalFoundries y ha firmado con Intel. Los planes de expansión del gigante azul no solo se corresponden con la cantidad de chips y pedidos que están recibiendo de múltiples empresas (IFS triplica sus ingresos cada trimestre tras debutar con IDM 2.0 y su división), sino con el hecho de que el Ministerio de Defensa quiere chips de vanguardia también, no solo maduros
La IA lo está cambiando todo en el plano militar, y se necesita potencia, y para poder tenerla se requieren buenos diseñadores de hardware y un nodo realmente denso, rápido y eficiente, y aquí, como venimos diciendo desde hace meses, Intel lidera con Intel 4 y con Intel 20A.
Una inversión de nada menos que 100 mil millones de dólares
Los 3.100 millones para GlobalFoundries en 10 años son calderilla para Intel. No se sabe la cuantía que aportará el gobierno de Biden a Chipzilla, pero sí que sabemos de cuánto será la inversión una vez terminadas las FAB por todo el suelo americano: 100.000 millones de dólares, por algo a Intel se le tiene ese apodo.
La Mega FAB de Ohio, Columbus para ser precisos, terminará por estar valorada en 20.000 millones y con ello Intel tendrá el complejo más grande del mundo para fabricar chips. Las cifras son de otro nivel obviamente, pero por desgracia no sabemos qué chips se van a fabricar, en qué cuantía y hacia dónde van a ir destinados.
Pero el hecho de que un ejército requiera de los mejores nodos y en volumen es un sinónimo de que necesitan potencia informática de vanguardia para sus nuevos sistemas de defensa y ataque. Dado que el mundo no para de escalar en tensión, que lo de Ucrania y Rusia está estancado en un punto donde apenas se avanza y se está perpetuando, que Israel parece estar amenazada por Irán y Pakistán, a EE.UU. las cuentas solo le salen si vende armamento puntero.
La tensión crece, el tiempo se va agotando, EE.UU. necesita fabricar más para su ejército.
Israel está terminando el desarrollo de un láser que complemente a la Cúpula de Hierro, donde ya no lanzará misiles. Dicho láser los detonará a la velocidad de la luz, por lo que se está desarrollando una mejora que al parecer incluye IA. El sistema es una adaptación del que tiene EE.UU. y que habría entrado en fase 2 como actualización, algo que seguramente Israel personalizará para poder defenderse de cada vez más países enemigos.
Entre tanto, son ya dos portaaviones los que EE.UU. tiene en el mediterráneo, el USS Dwight D Eisenhower, que se unirá al USS Gerald R. Ford, el más avanzado del mundo. Por tanto, y teniendo en cuenta lo dicho, parece que EE.UU. tendrá una escalada de producción increíble en los próximos años con las FAB de chips de Intel y otras empresas anexas a esta, por ejemplo, de PCB, todo sea por Si vis pacem, para bellum contra China y Rusia.
Font, article de "El chapuzas informático"
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