jueves, 30 de noviembre de 2023

El mar que emerge en medio del desierto de China desvela la gran revolución energética del país

 

Una de las torres de una planta de energía solar en el desierto. Foto de Dreamstime

  • China podría alcanzar su pico de emisiones incluso antes de lo previsto
  • Pekín utiliza los desiertos como base para implementar su revolución energética
  •  "No hay nada en la historia con lo que puedas comparar esto"
China es el tercer país más grande del mundo por superficie. Su vasta extensión de terreno le permite tener varios tipos de clima, bosque, ecosistemas... Entre ellos destaca el desierto de Kubuqui (en la región China de Mongolia Interior) o el de Taklamakán, ubicado en la díscola provincia de Sinkiang (la población musulmana lucha contra Pekín para lograr mayor autonomía o incluso la independencia). En estos desiertos está sucediendo un fenómeno visual espectacular. Desde ciertas partes puede parecer que está surgiendo un mar en medio de la de arena. Sin embargo, este mar poco tiene que ver con el agua.

Echando un vistazo en lontananza, de las dunas amarillas del desierto de Kubuqi surge lo que parece ser un mar, de un azul brillante bajo el cielo del norte de China. Fila tras fila, miles de paneles solares cubren esta franja de Mongolia Interior, que de otro modo sería árida. Esta zona se encuentra a unos 500 kilómetros hacia el interior de China si partimos desde Pekín. Estos paneles son la pieza central de un proyecto de energía verde del tamaño de 20 Central Parks que proporciona suficiente electricidad para abastecer a 1,1 millones de hogares.

El gigantesco mar es solo una pequeña parte del plan del presidente Xi Jinping para realizar el mayor despliegue jamás realizado de capacidad de energía creada por el hombre. Para finales de esta década, China pretende construir el equivalente a 225 más de estas enormes bases de energías renovables en vastas zonas del interior del país.

Esta es una campaña que promete revolucionar todo el sector energético, según publican desde la agencia Bloomberg. El objetivo es frenar la demanda de combustibles fósiles de China, recortar su dependencia de las importaciones de energía y guiar al mayor contaminador del mundo hacia un camino sostenible para reducir a cero sus emisiones de gases de efecto invernadero.

El desierto energético: no hay nada similar

Una vez completadas, estas bases de energías renovables sumarán 455 gigavatios de turbinas eólicas y paneles solares. Se trata de más capacidad de generación de energía limpia de la que actualmente está disponible en cualquier país fuera de China, y casi del tamaño de toda la red eléctrica –incluidas las plantas de carbón y los reactores nucleares– de la India, el tercer sistema más grande del mundo.

"Es alucinante", asegura Cosimo Ries, analista de energía de Trivium China con sede en Shanghai, en declaraciones para Bloomberg. "No hay nada en la historia con lo que puedas comparar esto". Se han revelado pocos detalles sobre la evolución que están sufriendo los desiertos de China desde que Xi describió su visión de la estrategia en un discurso de 2021. Ahora, el trabajo de Bloomberg News y los analistas de BloombergNEF (BNEF) visitando estos lugares, entrevistando a los involucrados y revisando miles de páginas de documentos gubernamentales y bases de datos de la industria, ofrece la primera evaluación importante del progreso.

El análisis revela un despliegue de la energía solar y eólica que ha puesto a China en camino de alcanzar récords este año que superan con creces su ya liderato mundial en adopción de energía verde. Se está generando tanta energía limpia que el país podría alcanzar el pico de emisiones mucho antes de su fecha límite de 2030, lo que le daría al planeta una mejor oportunidad de mantener las temperaturas globales bajo control.

China dispara su capacidad en renovables

También es un ejemplo crucial en el que el presidente de la COP28, Sultan Al Jaber, presiona a más de 200 países para que aprovechen la cumbre climática de las Naciones Unidas que se inaugura en Dubai esta semana para comprometerse a triplicar la generación de energía renovable en esta década. Lograr el objetivo es probablemente la acción más importante que el mundo puede tomar para alcanzar el cero neto, según la Agencia Internacional de Energía.

China aumentará la capacidad de energías renovables a aproximadamente 3,9 teravatios para 2030, más de tres veces la cantidad en 2022, aseguran desde BNEF en un informe la semana pasada. Al Jaber insta a las naciones asistentes en los Emiratos Árabes Unidos a intentar elevar el total mundial a 11 teravatios.

Los esfuerzos para hallar datos sobre la estrategia del desierto revelaron que alrededor de 90 gigavatios de los 97 gigavatios previstos se añadirán en un primer lote de proyectos, todos los cuales se pretende instalar a finales de este año.

A principios de este mes, se había completado, aproximadamente, un tercio de la capacidad y se estaba construyendo otra mitad. Las empresas encargadas de levantar estas obras de ingeniería de China son conocidos por la velocidad a la hora de cumplir con los plazos de construcción. Un gigavatio equivale aproximadamente a la capacidad de un reactor nuclear típico, para que se hagan una idea.

La velocidad a la que se están implementando los proyectos ya ha llevado a varios pronosticadores a mejorar sus estimaciones sobre la adopción de energías renovables este año. China instalará más de 300 gigavatios de capacidad solar y eólica en 2023 (capacidad no quiere decir producción), casi el doble que el volumen del año anterior, según las previsiones de BNEF. El total mundial en 2022 fue de 338 gigavatios.

"China depende de estas grandes bases eólicas y solares para desempeñar un papel clave en su nuevo sistema energético", comenta Michal Meidan, jefe de investigación energética de China en el Instituto de Estudios Energéticos de Oxford.
El lote inicial de proyectos se centra principalmente en los desiertos de China, incluidos el Gobi en el norte y el Taklamakán en el oeste. Ambos han desempeñado un papel clave en el desarrollo de la nación, proporcionando fronteras naturales que protegieron al país de invasores externos y limitaron la expansión terrestre de sus imperios históricos. Ahora, ambos desiertos ocuparán un papel nuclear en la revolución energética de China.

Font, article de "elEconomista.es"

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