jueves, 10 de agosto de 2023

El precio de la electricidad se hunde a terreno negativo en media Europa y empieza a dejar de ser una novedad

 


  • En España se pagará mañana por la luz nueve veces más que en Alemania
  • Alemania, Austria y Países Bajos viven un boom de placas solares
  • La excepción ibérica de la luz queda obsoleta en el actual contexto
Europa central ha pasado de pagar la energía a precio oro, por culpa de la ocupación rusa a Ucrania, a prácticamente regalar la electricidad este verano. En Alemania, Austria, Países Bajos y Bélgica, en varios tramos del día, cuando hay menos demanda, el precio de la electricidad se ha cruzado en el mercado mayorista a precios negativos. Este verano ya ha ocurrido en varias ocasiones y empieza a ser recurrente por el empuje de las renovables en estos países. En esta ocasión, la novedad reside en que se ha producido en días laborales, cuando anteriormente se dio en fin de semana.

El rey de Europa del sol, España, mira con mucha envidia a sus vecinos centroeuropeos, que están aprovechando las horas de sol veraniego para derribar los precios de la luz. Mañana el precio medio del Megavatio-hora (MWh) se pagará a doce euros, mientras en España escalará hasta los 96 euros, según ha publicado hoy el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE). Más sangrante es cuando se compara el cruce por horas del MWh entre los países que han logrado trasladar precios negativos a los tramos donde hay menos demanda.

Por ejemplo, en determinadas horas del día en Países Bajos los precios caerán hasta los –80 MWh y en Bélgica descenderá de los –50 euros. El precio más bajo de la electricidad en España está fijado a 78,5 euros para las cinco de la tarde. Los tiempos en el que la electricidad barata era para España, gracias a la Excepción Ibérica ha pasado a mejor vida. El Viejo Continente ha atravesado la mayor crisis energética de las últimas décadas, con grandes cambios estructurales.

El más visible es que se ha acelerado el uso de energías renovables para compensar el alto coste de los meses pasados para generar electricidad a partir del gas y carbón. Los países del centro Europa se han lanzado a extender el uso de la energía solar para reducir la dependencia del gas caro, a la hora de producir electricidad. El pasado invierno, tras la invasión rusa a Ucrania y el corte de suministro, principalmente a Alemania, los precios desorbitados del gas pusieron en jaque a la economía europea. Sin embargo, en un esfuerzo titánico de aumentar las reservas de gas y recortar la demanda, sirvió para que los países más expuestos a la influencia energética rusa superaran el invierno sin problemas en el suministro.

Ahora en verano se está notando el incremento de producción eléctrica procedente de renovables, principalmente solar, pero el repunte de la demanda no está acompañando. Y ese es un problema porque se produce un desperdicio de energía verde, que no termina de utilizarse. El boom solar ya se nota en el mix eléctrico de la Unión Europea. Por primera vez, la generación solar superó a la producción eléctrica de carbón.

¿Por qué se dan precios negativos?

¿Significa que a los consumidores de Alemania, Austria, Holanda y Bélgica les pagan por consumir electricidad? Pues no necesariamente los consumidores cobran por consumir. En la mayoría de las ocasiones, el consumidor verá reflejado en su recibo precios más baratos, pero todavía no se ha dado que los precios negativos se impongan a los positivos en los períodos de facturación. Pero sucede parcialmente en horas concretas y sucede por el sistema de fijación de precios. Los países europeos funcionan con un mercado mayorista, como sucede en España, donde se fija el precio diario (o por hora), que luego se traslada, en mayor o menor intensidad, al cliente final.

En el mercado mayorista, entra toda la producción de distintas fuentes energía en un sistema de subasta hasta casar oferta y demanda eléctrica. Primero, el tipo de producción más barata marca los primeros precios. Es decir, la primera en cotizar es la energía renovable, cuando ya no hay más producción, marca precio otras fuentes de energías más caras. Si hay una demanda brutal, en la puja cierra el precio la energía procedente de centrales de ciclo combinado, la más cara y que depende del gas. Por eso, los precios de la electricidad se dispararon hace dos años.

Cuando las energías renovables y la nuclear, los tipos de producción más baratos, cubren la demanda, se produce un hundimiento en los precios. Los precios negativos se producen cuando los productores prefieren regalar o pagar por la electricidad producida y ofrecen en la subasta precios negativos para quitarse producción eléctrica de encima. Sucede principalmente con la energía nuclear, para no entrar en el pool las eléctricas prefieren vender electricidad a pérdidas que parar sus centrales. Los costes serían muchos caros que asumir pérdidas en ese momento.

¿Y qué pasa en España?

El país ha pasado de ser el país de la UE con los precios más bajos a uno de los más caros en solo cuestión de meses. El secreto de España residía en la excepción ibérica. España y Portugal podían topar el precio del gas, lo que provocaba que en invierno la producción eléctrica fuera más barata, que en el resto del continente. Pero la excepción pierde su sentido, cuando no se utiliza gas para generar electricidad. O para ser preciso, cuando el precio del gas utilizado para la luz no alcanza el tope establecido para activar el mecanismo

.Lo que realmente está pasando es que en el centro de Europa no están utilizando gas, mientras las altas temperaturas en España disparan la demanda y sí se tiene que emplear gas, aunque sea a precio bajo.

Aunque los precios negativos de la electricidad parezcan el paraíso, esconden serios problemas para el futuro. Lo que vienen a poner de relieve es que el sistema eléctrico del Viejo Continente es poco práctico y eficiente. Hay países que desaprovechan energía renovable, mientras que otros como República Checa y Polonia siguen quemando carbón, por la falta de conexiones, denunciaban esta semana, denunció la semana pasada diecisiete organizaciones empresariales en una carta remitida a la comisaria europea de Energía, Kadri Simson.

El mercado del petróleo conoce bien moverse en fase de eficiencia. Cuando el precio del petróleo es muy bajo, provoca que las inversiones a futuro no sean rentables y se paran, lo que genera a largo plazo un tensionamiento en los precios, ya que comienza a descontarse que la producción será escasa. Los actuales niveles de la electricidad y la manera que se desaprovecha también ponen de relieve la necesidad urgente de un gran sistema almacenamiento de energía.

Los precios negativos no son nuevos este verano y ya se produjeron en el centro de Europa en julio y están ocurriendo con más frecuencia este verano. No se descarta que en los próximos fines de semana, coincidiendo con vacaciones, la demanda de electricidad baje más y se profundicen en los números rojos. Lo peor es que el próximo invierno Alemania, Austria y Países Bajos pueden echar de menos los precios negativos, si vuelve el gas caro.

Font, article de Francisco S. Jiménez per a "El economista.es"


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