Científicos afirman que los humanos actuales podemos rastrear nuestros ancestros a al menos dos poblaciones de África de hace un millón de años.
¿De dónde venimos? He aquí una de las preguntas más básicas e importantes que nos hacemos los seres humanos. A darle respuesta dedica sus esfuerzos la ciencia. Sin embargo, la historia de la evolución de nuestra especie aún tiene muchos cabos sueltos, pues estamos ante un proceso muy complejo que se extendió a lo largo de cientos de miles de años. Y para descifrar este misterio, solo contamos con un puñado de fósiles, pocos si lo comparamos con la cantidad de años, espacio geográfico y diversidad de especies por abordar.
Por suerte, el avance científico y tecnológico nos permite extraer cada vez más información de los restos fósiles y herramientas que han llegado hasta nosotros desde la prehistoria. Posiblemente, el último gran salto han sido los estudios genéticos, que permiten rastrear nuestros orígenes hasta puntos más concretos y lejanos en el tiempo de lo que podríamos sospechar. Estos nuevos datos son los que utilizan especialistas en diversas materias para analizarlos y llegar a nuevas conclusiones. Así se genera el conocimiento, en definitiva. Y, otra cualidad básica de la ciencia: no hay conocimiento sin debate.
Nueva teoría sobre nuestros orígenes
Los estudios genéticos no solo abren nuevas fronteras, sino también nuevos interrogantes y sus problemas para responderlos. Así nacen teorías que procuran encajar mejor las piezas de un puzzle gigante que, aunque sepamos que no podemos acabarlo, seguimos currando para verlo cada vez un poquito más completo. Es justo lo que ha procurado un equipo de investigación con su estudio, cuyos resultados se han publicado en la revista Nature y podría cambiar lo que sabíamos hasta ahora de nuestro origen.
El asunto es el siguiente: la teoría más extendida tradicionalmente contaba que Homo sapiens salió de África, donde evolucionó a partir de una población ancestral del este o sur del continente. Digamos que había un tronco del que salían distintas ramas y una de ellas es nuestra especie. Sin embargo, este nuevo estudio sugiere que esta teoría no es correcta, sino que venimos del cruce entre varios grupos ancestrales que poblaron diferentes zonas de África. Es decir, que el supuesto tronco habría que empezar también a ramificarlo según podemos saber por los estudios genéticos.
La evolución del ser humano se complica
Esta es una tendencia habitual a la hora de conocer más datos sobre nuestra evolución: el proceso que nos ha traído hasta aquí siempre es más complejo de lo que se pensaba. Aaron Ragsdale, genetista de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, encabeza el equipo de científicos encargados del estudio:
“Cuando en nuestro modelo informático suponemos que la población del tronco no era tan sólida, sino que partes de ella se ramificaban ocasionalmente y luego volvían a unirse, obtenemos una correspondencia mucho mejor con la variación genética encontrada en las poblaciones humanas actuales […] Durante el periodo que nos interesa, hace aproximadamente entre un millón y 100 000 años, sabemos que ciertos cambios climáticos, como los ciclos glaciares, habrían provocado la expansión o divergencia de las poblaciones hacia nuevas zonas en algunos periodos, y su contracción o fusión en otros”.
Pocos fósiles para tanto misterio
Entre las limitaciones más destacadas para poder concretar más nuestros orígenes está la escasez de fósiles de Homo sapiens que daten de los inicias de nuestra aparición en la Tierra. Parece claro que salimos de África, pero las mezclas y movimientos que vivimos en nuestros comienzos antes de salir del continente no están en absoluto claras. La imagen más nítida al alcance de la ciencia en la actualidad mostraría un mosaico de múltiples grupos ancestrales que convivieron en África. Es decir, la imagen lineal de la evolución fue rechazada hace tiempo, pero resulta que la del tronco con ramas también podría ser sustituida por una maraña de raíces entrecruzadas.
Este caos solo puede encontrar cierto orden con la ayuda de potentes sistemas informáticos como el que han desarrollado y utilizado los autores del mencionado estudio, con el que han analizado datos genéticos de unos 300 individuos.
La importancia del estudio no está tanto en la aparición de un nuevo paradigma en la evolución humana, sino más bien en evidenciar que nuestros orígenes son más diversos de lo que se pensaba según se deriva del estudio genético. Y esto abre nuevas vías de investigación que parten desde una nueva perspectiva. Según los especialistas:
“Emociona que estos resultados respalden nuestro modelo y pongan otro clavo en el ataúd de la idea de que los humanos evolucionaron de una sola población en una sola región de África”.
Font, article de Fran Navarro per a "Muy interesante"
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