Cuando llegas a una compañía nueva nunca piensas que lo que estás firmando te va a cambiar el resto de tu vida
El "contrato". La historia de Ballmer se remonta a comienzos de 1980, momento en que se incorpora a Microsoft como empleado número 30 de la empresa. Lo hacía tras abandonar la Escuela de Negocios de Stanford, y su trabajo nada más llegar fue lo más parecido a un asistente casi personal de Bill Gates con el título de “gerente de negocios”, explicaba hace unos años Forbes.
En realidad, Ballmer fue la primera contratación “no técnica” de Gates y Allen, quienes buscaban un tipo de ayuda inmediata para lanzar la compañía. ¿Solución para fichar a Ballmer? Tras una dura negociación, acordaron darle el 10% del crecimiento de las ganancias que generaba, además de su salario anual de 50.000 dólares. No lo sabía entonces, pero aquel acuerdo resultó ser clave para la riqueza futura del empleado.
Crecimiento inesperado. Pocas veces se da la situación de Ballmer, la de un recién llegado que ya tiene un 10% de las ganancias con un puesto de empleado. ¿Qué ocurrió? Microsoft comenzó a crecer de forma tan rápida y desmesurada que el 10% de Ballmer ya no tenía sentido financiero para la empresa.
Así, cuando Microsoft se reorganizó como corporación, Ballmer negoció una porción del 8% para sí mismo a cambio de renunciar a su acuerdo de participación en las ganancias, mientras que Gates y Allen se quedaron con el 84% y el 8% restante fue designado para otros empleados.
Un patrimonio que solo crece. Desde entonces, a Ballmer nos lo podemos imaginar día sí y día también mirando frente a una pantalla cómo suben las acciones de Microsoft en batín. En el año 2022, aquel 8% que negoció le daba una fortuna de 80.000 millones de dólares. Dos años después, se han multiplicado por dos. ¿La razón? Un repunte de las acciones de Microsoft, que cerraron en un máximo histórico el martes y han subido un 22% desde enero.
Como las acciones de la compañía representan alrededor del 90% de su patrimonio neto, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg, y Microsoft ha sido uno de los mayores beneficiarios del auge de la IA que impulsa los mercados, Ballmer esta, literalmente, bañándose en oro.
Más rico que otros. Ballmer no es solo más rico que el que fue su jefe, hoy también tiene más patrimonio que personalidades como el cofundador de Google, Sergey Brin, el fundador de Oracle, Larry Ellison, o el director ejecutivo de Dell Technologies, Michael Dell.
Por cierto, en cuanto Gates, también hay que tener en cuenta las importantes donaciones filantrópicas. En 2023, y junto a su ex esposa Melinda French Gates, había donado 59.500 millones de dólares a la Fundación Bill y Melinda Gates, convirtiéndola en una de las fundaciones benéficas más grandes del mundo. Además, en 2010, Gates también cocreó Giving Pledge con French Gates y el inversor Warren Buffett, y prometió donar la mayor parte de su riqueza en vida.
Font, article de Miguel Jorge per a "Xakata"
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