Desde hace tiempo, son muchas las voces que se han posicionado contra los aranceles a los coches eléctricos chinos por parte de Europa. Una medida a priori proteccionista, que busca castigar las ayudas presuntamente ilegales que han recibido sus marcas. Pero estos aranceles está demostrado que solo perjudicará a los europeos, que tendrán que pagar más por sus coches, retrasarán la electrificación de nuestro parque móvil, y además podrán ser sorteadas fácilmente por los grupos chinos.
Hace unos días podíamos ver como BYD firmaba un acuerdo para levantar una fábrica en Turquía. Un mercado muy interesante tanto por su potencial de desarrollo interno, 90 millones de habitantes, como también por sus acuerdos comerciales preferentes con la UE, que les permitirá exportar en buenas condiciones.
Ahora, el Reino Unido ha asestado otro golpe al sistema de aranceles que ha puesto en marcha Europa, al confirmar que ellos no seguirán nuestro camino y que no impondrán barreras comerciales a los vehículos chinos.
Esto permitirá a los grupos chinos exportar hasta Reino Unido, y luego enviar al continente pagando el 10% de aranceles que tienen los vehículos que llegan desde las islas.
No solo eso. El acuerdo del Brexit supuso la puesta en marcha de normas como la que exige que el 40% del valor de las piezas de un vehículo eléctrico se obtenga en Reino Unido o la UE si se quiere vender al otro lado del canal de la Mancha sin pagar un 10% de aranceles. Cifra que este año ha aumentado al 45%.
Esto quiere decir que si no hay cambios en los acuerdos comerciales, que se revisan cada cinco años, las inversiones en nuevas fábricas de baterías podrían apostar por Reino Unido en vez de Europa, ya que se instalarán en coches prácticamente libres de aranceles. Una posibilidad de momento remota, pero que gana peso con la actual situación.
Y es que Reino Unido apenas exporta vehículos a China, solamente enviaron 49.000 unidades. Europa por su parte, y según los datos publicados por la Asociación de Constructores Europeos (ACEA) referidos al año 2022, exportó ese año 6,3 millones de unidades de las que el 7% (391.586 unidades) fueron a parar al mercado chino.
Por lo tanto, los ingleses no tienen exposición directa a China, pero en cambio si un importante potencial para atraer nuevas instalaciones de fabricación de coches, con nombres como SAIC, propietaria de MG, que ya produce una buena cantidad de vehículos en la planta de Longbridge, Birmingham, y que ahora podría completarse con una segunda instalación que se disputan Reino Unido y España.
La conclusión es que la puesta en marcha de los aranceles es una medida que no tendrá ningún efecto positivo para una Europa rodeada de estados con acuerdos comerciales que permitirá a los chinos puentear las barreras comerciales, en un movimiento dañino que nos hará perder inversiones de futuro.
Una acción que denota la falta de interés de la UE con la verdadera transformación energética que reduzca la dependencia energética de una Europa peligrosamente dependiente de los combustibles fósiles.
Font, article de Carlos Noya per a "Forococheseléctricos"
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