jueves, 25 de julio de 2024

Arturo Estévez: la historia del ingeniero extremeño que inventó el motor que funcionaba con agua

 


Un ingeniero extremeño recorrió toda la península mostrando el motor que funcionaba con agua que había inventado y se hizo rico con ello


Mucho se ha hablado a lo largo de los años sobre las maquinarias eléctricas impulsadas por hidrógeno y sus opciones como alternativa a los combustibles fósiles. En este último caso, la falta de infraestructura y los peligros particulares asociados a los tanques de almacenamiento hacen que esta tecnología no pueda estandarizarse. Otras opciones tecnológicamente fascinantes como el motor magnético también han estado sobre la mesa. Sin embargo, a mediados del siglo pasado, un hombre llamado Arturo Estévez Varela inventó un motor que simplemente funcionaba con agua.

Este ingeniero extremeño dedicó parte de su vida a desarrollar todo tipo de dispositivos. Entre ellos, el que más expectativas despertó fue el motor que funcionaba con agua. Viajó por toda la península reuniendo gente para mostrar cómo se podía utilizar el agua como combustible en los motores de las motos. Los informes de su desempeño también llegaron al equipo de trabajo del dictador fascista Francisco Franco. Estévez nació en Extremadura y se convirtió en una de las personas que podrían cambiar la industria del automóvil para siempre.

¿Cómo pudo haber fracasado el motor que funcionaba con agua?

¿Quién hubiera pensado que en plena crisis del petróleo se crearía un invento cuyo elemento principal era el uso del agua como combustible? En ese momento, también fue publicado en NO-DO, el medio propaganda franquista del fascismo español. Cada vez que llegaba a una nueva ciudad, Estévez se apoyaba en una metodología sencilla. Reunía a sus vecinos para beber agua de una jarra y demostrar que estaba libre de aditivos. Luego vertía el resto en el tanque de combustible de la moto.

Seguidamente, arrancaba su vehículo y desaparecía del lugar. Hizo esto una y otra vez hasta que llamó la atención de los medios. El gobierno franquista creó una comisión de expertos para analizar lo sucedido. Como resultado de la investigación se determinó que la causa era una mezcla dentro del tanque. El supuesto ingrediente oculto habría sido el boro. Este material era demasiado caro en el mercado y se consideraba económicamente inviable, por lo que se abandonó el proyecto.

Estévez siempre sostuvo que el ingrediente secreto no era el boro. Posteriormente, otras investigaciones se centraron en el ferrosilicio. Cuando se combina con agua, se produce oxidación, lo que da como resultado la producción de hidrógeno. Pero esto tampoco se sabe con certeza. De todos modos, es cierto que el invento finalmente se vendió y el protagonista se hizo millonario.

Sin embargo, la industria automovilística ha demostrado varias veces que la estandarización de opciones basadas en pilas de combustible de hidrógeno no parece posible todavía. Actualmente, hay algunos modelos equipados con esta fuente de energía, pero la realidad es que no se están vendiendo lo suficientemente bien como para recuperar la inversión. ¿Será el combustible del futuro? Dado que los vehículos eléctricos de batería carecen de autonomía, tienen pocas posibilidades de éxito en los próximos años, por lo que se abre una ventana de mercado.

Font, article de Jimmy Martín Raya per a "Mundo deportivo"

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