China ha llevado a cabo un grandísimo salto adelante en el sector de la construcción.
El bambú para la construcción lleva miles de años en China
La industria de la construcción es ampliamente reconocida por su intensivo uso de recursos y significativa contribución a la contaminación ambiental. Pese a que las nuevas concepciones arquitectónicas tienen en mente la armonía con el entorno y la eficiencia por encima de todo, sigue enfrentando desafíos cada vez más apremiantes. La producción de ladrillos, uno de los materiales de construcción más tradicionales, es conocida en concreto por su elevada huella de carbono y su papel en la deforestación, dos factores que agravan las emisiones globales de gases de efecto invernadero generando una dicotomía compleja en la que el equilibrio a la hora de respetar nuestro ecosistema se rompe.
Frente a este panorama, el bambú se presenta como una alternativa bastante prometedora, más si tenemos en cuenta que es un material bastante común. De hecho, este material se usa mucho en las construcciones en China y destaca por su renovabilidad, resistencia y capacidad de crecimiento rápido, lo que le permite ser cosechado con menos impacto ambiental en comparación con al otro tipo de árboles y no afecta ni de lejos como la producción de materiales de construcción convencionales. De hecho, este material se usa mucho en las construcciones en China y destaca por su renovabilidad, resistencia y capacidad de crecimiento rápido, lo que le permite ser cosechado con menos impacto ambiental en comparación con al otro tipo de árboles y no afecta ni de lejos como la producción de materiales de construcción convencionales. Además, el bambú ofrece el beneficio adicional al ser realmente bueno absorbiendo el dióxido de carbono, lo que ayuda de forma positiva a la lucha contra el cambio climático.
En China el bambú siempre se ha usado de forma intensiva. Para la construcción, dibujo, e incluso para escribir en forma de tablillas, por lo que sus conocimientos sobre el tema son profundos y elevados. En nuestro país hay grandes ejemplos al respecto, como la Terminal 4 del Aeropuerto Adolfo Suárez - Madrid Barajas, tal y como señalan en un artículo publicado en la revista INBAR y dirigido por Pablo Van Der Lugt.
La búsqueda de elementos más sostenibles pasa por los que ya conocemos
De todo esto subyace una idea que cada día se vuelve más apremiante para todos. Es necesario promover el uso de los recursos para minimizar el impacto ambiental. Así, se fomenta una mayor conciencia hacia la preservación del medio ambiente, mientras que se reduce de forma increíble el impacto que tiene el ser humano sobre la huella de carbono. El bambú no es el único material que está en la mentalidad del cambio hacia la sostenibilidad, sino que también se están probando nuevas opciones, como probar el café como mortero para aumentar la vida útil del cemento.
De esta manera encontramos como elementos que llevan toda la vida con nosotros, pueden tener la clave para ir - o volver - hacia un mundo más sostenible, equilibrado y amigable con el medio.
Por resumir:
- Hoy en día, la construcción de ladrillos es bastante contaminante, dejando una fuerte impronta en las emisiones de gases de efecto invernadero.
- También es artífice de un proceso de deforestación bastante complejo.
- En cambio, el bambú es un producto sostenible, renovable y muy resistente, por lo que se utiliza mucho en las construcciones chinas.
- Además, absorbe bastante CO2.
- El objetivo es buscar materiales existentes más sostenibles y que tengan un menor impacto en la sociedad
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