jueves, 15 de febrero de 2024

El hidrógeno llegó para quedarse, pero acaba de ser reemplazado: el nuevo combustible es turquesa y lo producimos gracias al metal

 


El mundo se encuentra en la constante búsqueda de un
 combustible limpio y eficiente. En este contexto, el hidrógeno ha tomado un lugar privilegiado materializándose en proyectos de gran envergadura como las grandes reservas de hidrógeno blanco o el combustible verde de CEPSA. Si bien hay muchos tipos, la mayoría asocia este concepto a la tipología verde.

En este artículo especializado, te hablaremos sobre el turquesa, que se produce gracias al metal y también alberga un increíble potencial.

Como recoge el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el elemento de número atómico 1 “no es una fuente de energía, sino un vector energético, es decir, es un medio que permite almacenar energía que ha sido producida por fuentes primarias de energía y liberarla cuándo y dónde se demande”.

El turquesa se genera a partir de pirólisis de metano. Un proceso en el que se produce carbono sólido. No es necesaria la captura del carbono resultante.

El hidrógeno campa a sus anchas: este combustible turquesa no deja de sorprender

El H puede obtenerse a partir de cualquier forma de energía primaria y, si esta es renovable, el elemento químico resultante también lo será. Se consigue con electricidad y agua.

“El verde se produce principalmente mediante electrólisis: se usa la energía eléctrica para disociar o separar la molécula de agua en oxígeno e hidrógeno”, informa María Retuerto, del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del CSIC.

Y agrega: “Y la energía eléctrica se queda acumulada como energía química en la molécula de hidrógeno, que se puede almacenar y usar de forma controlada”.

La clave de su sostenibilidad radica en los materiales a partir de los cuales se genera. Si su creación proviene de parte de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural), generará emisiones contaminantes.

Por otra parte, si dicha producción tiene su origen en fuentes renovables (solar, eólica, hidráulica), su resultado será verde, o sea, limpio. El problema es que la mayoría de H viene de combustibles fósiles, porque, hasta el momento, es la forma más eficiente y económica de conseguirlo.

Tipos de hidrógeno

El color de este elemento químico determina la forma en la que se ha producido y es un indicador clave del número de emisiones que genera durante su proceso. Estos son sus tipos:

  • Verde. El renovable. Aparece a partir del agua, utilizando la electricidad que viene de energías renovables. Su proceso de obtención no emite gases y, por eso, es visto como una solución eficaz para descarbonizar diferentes sectores (como el automovilístico).
  • Amarillo. Es el H en el que la electricidad usada para la electrólisis tiene su origen en fuentes mixtas, desde energías renovables hasta combustibles fósiles. El elemento verde que proviene de la energía solar también entra dentro de esta categoría.
  • Rosa. Se obtienen a través de electrólisis del agua alimentada por energía nuclear. Es bastante sostenible.
  • Azul. Genera emisiones CO2 capturadas para después ser almacenadas o reutilizadas (por ejemplo, para fabricar ecocombustibles). Es un elemento de bajas emisiones.
  • Blanco. Está en la naturaleza, generalmente en forma gaseosa (h2). A veces pueden hallarse depósitos subterráneos.
  • Turquesa. Se obtiene mediante la pirólisis del metal fundido, alimentado por gas natural. En el proceso, el gas natural pasa por metal fundido. Libera hidrógeno y carbono sólido, evitando emisiones contaminantes de CO2.
  • Negro, marrón o gris. Su producción se logra a partir de materias primas ricas en hidrocarburos, como gas metano, carbón u otros combustibles fósiles. Concretamente, el gris es el producido a partir de gas natural mediante la técnica del reformado por vapor. A día de hoy, hay una tendencia a usarlo cada vez menos.
Son las características del turquesa las que lo llevan a ser visto como un combustible que, en algún momento, podría sustituir al que solemos utilizar. Mientras tanto, la industria sigue apostando por este elemento químico tan eficiente. Prueba de ello es el mítico Hyundai Pony Coupé: estilo retro de 1974.

Font, article en "ECOticias"

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