Isaac Newton, un nombre que resuena con fuerza en los anales de la ciencia por su descubrimiento de la ley de gravedad, es también protagonista de una revelación que ha dejado a muchos perplejos.
Conocido por sus aportes fundamentales a la física y la matemática, como las leyes del movimiento y su teoría sobre el color, Newton trascendió estas áreas para adentrarse en el estudio de las profecías bíblicas.
Su dedicación a la interpretación de las Sagradas Escrituras lo llevó a escribir 'Observaciones sobre las profecías de Daniel y Apocalipsis de San Juan', un manuscrito datado en 1704 que la Universidad Hebrea de Jerusalén ha sacado a la luz, mostrando una faceta menos conocida del científico: su profundo interés por el destino final del mundo.
La fecha decisiva: 2060
Dentro de este contexto de análisis y fe, surge una predicción sorprendente atribuida a Newton: el fin del mundo en el año 2060.
Dicha afirmación, que proviene de su estudio detallado de las escrituras, fue comentada por Stephen Snobelen, director del Proyecto Newton Canadá, quien explicó que Newton "creía tanto en Dios como en que la Biblia era una revelación de Dios".
Este convencimiento llevó a Newton a ver las profecías bíblicas no solo como relatos esotéricos, sino como "historias de lo que vendrá", tal y como él mismo lo expresó en sus notas (Yahuda MS 1.1, folio 16 anverso)
Newton, inmerso en su fe y conocimiento, interpretó las profecías bíblicas, escritas en un lenguaje altamente simbólico, como claves para entender el futuro.
A través de ecuaciones y cálculos que él mismo describió como "aritmética simple que podría realizar un niño", basado en distintos períodos de tiempo mencionados en la Biblia, llegó a la conclusión de que el año 2060 marcaría un punto de inflexión en la historia de la humanidad.
Contrario a lo que muchos podrían pensar, este año no implicaría el fin absoluto, sino el término de una era y el inicio de una nueva. Snobelen refuerza esta idea al señalar que, para Newton, el año 2060 "sería más bien un nuevo comienzo. Sería el fin de una era antigua y el comienzo de una nueva era".
Newton esperaba que este cambio de era estuviera acompañado por el retorno de Cristo y el establecimiento de un Reino de Dios de mil años en la Tierra, una era de paz y prosperidad profetizada, donde, citando al profeta Miqueas, "convertirían sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces" y "las naciones no alzarán espada contra ellos, ni aprenderán más la guerra".
Font, article en "El tiempo"
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