El fundador de Microsoft tiene claro en qué sectores se encuentran las mejores oportunidades para invertir. Ha reflexionado sobre ellos en su blog personal.
En este sentido, Gates afirma que el coche eléctrico y que las centrales eléctricas son los principales focos de inversión. Sin embargo, no pierde de vista la necesidad de desarrollar sistemas que permitan trabajar los metales con electricidad en lugar de carbón. También en los motores de hidrógeno y en los sistemas de captura de partículas de dióxido de carbono, que requieren de “una inversión significativa, a pesar de que se están logrando grandes avances”.
Otros sectores
La agricultura es otro de los sectores de inversión en los que Bill Gates pone el foco de atención. De hecho, hace hincapié en que es necesario dirigir la mirada hacia los pronósticos locales a largo plazo y, a partir de ahí, desarrollar industrias alimentarias “más sostenibles y eficientes”. Por ejemplo, hace referencia a la creación de 160 variedades de maíz resistentes a las sequías prolongadas y a las enfermedades que han sido plantadas en Zimbabwe con un notable éxito.
Por su parte, el incremento de la población mundial hace necesaria la construcción de más edificios que, eso sí, sean respetuosos con el medioambiente. El invento español conocido como “hormigón fotónico”, que resulta muy útil a la hora de garantizar el confort en el interior y de evitar la generación del efecto “isla de calor”, es un magnífico ejemplo. El desarrollo de otros materiales y cerramientos se antoja fundamental para alcanzar el objetivo de crear ciudades sostenibles.
Dicho esto, queda claro que, para Bill Gates, los negocios más interesantes en la actualidad son aquellos que están relacionados directamente con la ecología y la sostenibilidad. De hecho, cree firmemente que son aquellos que ofrecen más oportunidades de obtener rentabilidad. Pero no solo eso. Asimismo, asegura que, con estas inversiones, “no solo mantendremos el planeta habitable. También haremos de él un lugar mejor en el que vivir”.
Font, article de R. Badillo per a "El Confidencial"
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