viernes, 9 de febrero de 2024

Esta energía produce cuatro veces más que la solar y la eólica combinadas, pero la estamos despreciando

 


Hay una
 energía que a menudo se deja en el olvido, pero tiene un potencial enorme: la bioenergía. Las más populares son la solar, eólica y la marina. Sin embargo, esta es otra fuente renovable que, además, juega un papel fundamental en este contexto.

Pese a estar en las sombras, la moderna (dejando fuera el uso tradicional de la biomasa) fue responsable de la mitad de toda la renovable consumida el año pasado. Otorgó cuatro veces más que el aporte de la solar y eólica juntas. Suministra calor a edificios y a toda la industria a nivel mundial.

¿Qué es la bioenergía?

La bioenergía o energía de biomasa es un tipo de renovable procedente del aprovechamiento de energía de biomasa, material industrial u orgánica. Puede surgir desde cualquier fuente: desde plantas hasta paja, pasando por los residuos de origen orgánico, residuos de alimentos e incluso aguas residuales.

Cuando estos materiales se usan por su contenido energético se llaman “materias primas”. En ocasiones, se cultivan de manera específica por ese contenido y, en otras, aparecen a partir de productos de desecho industriales de la agricultura, la madera, el procesamiento de alimentos y un largo etcétera.

También se llama bioenergía a la de los biocarburantes (combustibles derivados de fuentes biológicas). Sus formas más conocidas son aquellas “materias primas” denominadas biocombustibles: biodiesel, bioetanol y biogás o biomasa.

Esta, que a veces cae en el olvido, sigue el concepto de economía circular. Reduce tanto la producción de desechos vírgenes como la entrada de los materiales, cerrando los flujos económicos y ecológicos de los recursos.

Un repaso a los tipos de bioenergía: estos serán los que definirán el futuro

De acuerdo a su origen y proceso, la que nos ocupa en esta ocasión aporta electricidad óptima que puede aprovecharse en estado sólido, líquido y gaseoso. Según sus procesos de transformación se distinguen varios tipos que podrías haber escuchado:

  • Biocombustibles. En su mayoría son los residuos forestales, la leña, el carbón vegetal los desechos agrícolas como la paja y otros sólidos. Cuentan con un amplio uso tanto a nivel industrial (generar calor o electricidad) como a nivel doméstico (calentar agua para la cocina, por ejemplo). Además, puede obtenerse gas de pirólisis, que se usa como material energético en motores de combustión interna (para el funcionamiento de vehículos).
  • Biocarburantes. Su origen radica en varios cultivos: caña de azúcar, colza, maíz, betabel, soya, palma de aceite y residuos agroindustriales. A través de diferentes procesos se obtienen aceites vegetales puros que se convierten en biodiesel (utilizados en motores diésel o de gasolina, en los autobuses o camiones) y también en alcohol (bioetanol muy utilizado en chineas de bioetanol y estufas).
  • Biogás o metano. Se produce por la fermentación de residuos orgánicos de bosques, campos agrícolas y los desechos de animales como cerdos, vacas, borregos, cabras… El metano es extraído para generar energía térmica, mecánica o simplemente eléctrica.

Este es el papel de la energía más olvidada en el mundo renovable

La mayor fuente de crecimiento en el consumo de renovables en la etapa 2018-2023 fue esta bioenergía, que suele caer en el olvido. En cualquiera de sus formas, supuso el 30% del crecimiento del consumo renovable en 2023, según recoge OVACEN. Este es el resultado del uso considerable de la bioenergía en el calor y el transporte.

Hay otras energías renovables que cuentan con una menor penetración en estos dos sectores, representando el 80% del consumo total. El año pasado continúo jugando un papel fundamental en el campo de las energías renovables, aunque su participación en el total disminuyó del 50% en 2017 al 46%. Este número se explica si reparamos en el avance de las energías fotovoltaica y eólica.

Font, article en "ECOticias"


No hay comentarios:

Publicar un comentario