HOY ME VUELVO A ANIMAR A ESCRIBIR, YA QUE PARECE SER QUE MI ÚLTIMO ESCRITO CAUSÓ ALGUNA ESPINITA A ALGUIEN QUE ME CRITICABA DE QUÉ MUCHO HABLAR Y POCO HACER, Y SI LO HABÉIS LEÍDO, VERÈIS QUE LE CONTESTÉ QUE SÍ QUE HABÍA HECHO EFECTO DICHO ESCRITO, ÉL ME HABÍA CONTESTADO, Y POR LO TANTO SE ESTABA MOVIENDO.
NOS DUELE MUCHO HABLAR DE AQUELLO QUE NOS DUELE, DE NUESTROS SENTIMIENTOS, DE NUESTRAS PASIONES ( QUE A VECES NOS AVERGUENZAN, INCLUSO), DE NUESTRO TRABAJO, SINO NOS GUSTA. TODOS TENEMOS UNA ESPINITA QUE NO NOS DEJA TRANQUILOS, POR PEQUEÑA QUE SEA, NOS PINCHA DE VEZ EN CUANDO, Y ENTONCES NOS ACORDAMOS DE ELLA.
ME PREGUNTO SÍ SERÍAMOS MÁS FELICES, SIN TANTAS ESPINITAS, TANTOS TAPUJOS, CON MÁS EDUCACIÓN Y SENSIBILIDAD. ESTOY SEGURA QUE EL MUNDO SERÍA MEJOR. YA SÉ QUE TODO ESTO SON UTOPÍAS, PERO ES QUE SI NO PENSAMOS ASÍ, MEJOR SERÍA NO PENSAR.
MARIA LOURDES VALERO BLASCO
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