Una simulación sobre cómo se observaría la red cósmica, compuesta de filamentos galácticos.NASA/Hubble
Una ampliación de rango
Los astrónomos no se sientan a mirar galaxias agrupadas e imaginan si forman un filamento cósmico. En su lugar, cuentan los estallidos de rayos Gamma (GRB, por sus siglas en ingles) de una región determinada. Estos eventos extremadamente brillantes y energéticos en el universo ocurren por el colapso de estrellas masivas o la fusión de estrellas de neutrones. En un contexto astronómico, los GRB se utilizan cómo faros o trazadores de materia vinculada gravitacionalmente en diferentes momentos de la evolución del universo.
La luz de cada estallido se percibe de diferente forma según la distancia, un fenómeno físico conocido como corrimiento al rojo (redshift). Si los científicos reúnen las GRB avistadas, es posible crear un mapa tridimensional del universo observable, donde cada estallido funciona como una “boya” en el oceáno. Si una región del firmamento muestra una concentración anómala de estallidos con distintos valores de corrimiento al rojo, entonces los astrónomos intuyen la presencia de un filamento y, con su rango de corrimiento, es posible comprender su tamaño.
Para el descubrimiento de la Gran Muralla de Hércules, los científicos analizaron un conjunto de GRB con un rango de corrimiento al rojo de 1.6 a 2.1. Esto quiere decir que la estructura se extendía por miles de millones de años luz de manera tridimensional. Una década después, con más estallidos de rayos gamma detectados, la base de datos aumentó. Ahora es posible tomar una muestra más grande de GRB. Los datos ahora señalan que el rango de corrimiento es de 0.33 a 2.43.
Según el artículo que se encuentra en el servidor ArXiv, en espera de publicación en una revista académica, la Gran Muralla de Hércules comienza antes (0.33 vs 1.6) y debería ser, en teoría, más extensa (2.43 vs 2.1). No hay una traducción a años luz porque los expertos aceptan que es muy osado asumir un tamaño. Sin embargo, están seguros de que los resultados no son producto de sesgos o errores estadísticos. “Probablemente se extiende más allá de los 10 mil millones de años luz que habíamos identificado previamente. Es mayor que el tamaño de casi cualquier cosa con la que pueda compararse”, aseguró Jon Hakkila, uno de los autores del estudio, para el portal Space.
Hay una estructura más grande que la Gran Muralla de Hércules-Corona Boreal. En febrero de 2025, astrónomos anunciaron el descubrimiento de Quipu, una superestructura galáctica con una extensión de 1,300 millones de años luz. Su nombre se debe a que, en el firmamento, luce como un sistema de cuerdas con nudos, similar al dispositivo usado por la cultura inca para almacenar y transmitir información, principalmente con fines contables.
Font, article de Jorge Garay per a "Wired"
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