Ante las dificultades de entrenar modelos de IA en China, algunas empresas los entrenan fuera y "envían" esos modelos entrenados en forma de discos duros
Si la montaña no va a Mahoma. Dadas estas restricciones, otra de las vías para poder competir en el desarrollo de modelos de IA está en acceder a esos chips avanzados es no intentar conseguir esas tarjetas para enviarlas a China, sino viajar a países donde hay servidores que se pueden alquilar con ese tipo de GPUs. Es lo que según WSJ hicieron estos ingenieros, que de hecho prepararon la operación durante meses.
Llevando discos duros de acá para allá. Los ingenieros de la empresa implicada decidieron que era mejor y más rápido llevar discos duros en maletas desde un país a otro para evitar transferir enormes cantidades de datos a través de internet, lo que hubiera llevado más tiempo. Pasaron más de dos meses puliendo los conjuntos de datos para el entrenamiento y preparando el proceso, porque sabían que una vez en Malasia ajustar dichos componentes sería complicado.
Una subsidiaria fantasma. Para evitar sospechas, la empresa china creó una subsidiaria en Kuala Lumpur e incluyó a tres ciudadanos malayos como sus responsables, y un holding offshore como matriz, según documentos del registro mercantil. Todo para evitar una potencial investigación que impidiera ejecutar el plan.
Centros de datos asiáticos. La técnica usada por esos ingenieros es sorprendente y podría estar siendo usada por otras empresas chinas, apuntan en el diario. Sobre todo porque en los últimos tiempos han comenzado a aumentar el número y capacidad de los centros de datos en el sudeste asiático. Según la empresa Jones Lang Lasalle, en Singapur, Malasia, Tailandia e Indonesia ya existen centros de datos con una capacidad combinada de 2 MW, equivalente a la de los centros de datos existentes en Londres y Frankfurt.
Malasia en el punto de mira. Uno de los países que más está acelerando esa creación de centros de datos es Malasia, que importó chips de IA por valor de 3.400 millones de dólares desde Taiwán en marzo y abril. Esa cantidad supera la que el país se gastó en todo 2024. Actividades como las que realizaron los ingenieros chinos, que viajaron de un país a otro con discos duros para entrenar modelos de IA, son una preocupación para el Gobierno de EEUU, que trata de evitar por todos los medios que China tenga acceso a su tecnología avanzada de chips de IA.
Y Oriente Medio también preocupa. En las pasadas semanas Donald Trump ha llegado a una serie de singulares acuerdos con países de Oriente Medio. En ellos los protagonistas son los chips avanzados de IA que EEUU permitirá exportar a Arabia Saudí o a Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, algunos reguladores estadounidenses advierten de que esos chips que Oriente Medio importará podrían acabar donde no deben: en China.
Font, article de Javier Pastor per a "Xakata"
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