Isabel Díaz Ayuso debe de tener algún
tipo de problema económico. Es lo único que puede explicar semejante infomercial de Burger King que ha colado como acto institucional.
La presidenta madrileña ha celebrado un acto por el 50 aniversario de la llegada de la cadena de comida rápida a la capital y no ha desaprovechado la oportunidad de dar rienda suelta a la vergüenza ajena.
"En Madrid lo llamamos cariñosamente Burrikín. Ya sabéis que en España hacemos lo mismo con todas las marcas. El guaifai es wifi, livais es levis... lo decimos todo así", ha señalado mientras ella misma se iba viniendo abajo poco a poco por el bochorno.
Despachando rápido que lo de "Burrikín" es un torpe intento de Ayuso de parecer cercana, pero no es una expresión tan común como lo pinta, hay varias lecturas interesantes del discurso de la presidenta madrileña y el acto en sí.
Para empezar, no hay nada más ciudad parque de atracciones que celebrar la invasión del capitalismo feroz estadounidense de las cadenas de restauración. Es el Madrid de las cañitas, pero también del crispy chicken y la whopper.
Mientras todas las recomendaciones se esfuerzan en resaltar la importancia de la alimentación sana y desaconsejan este tipo de establecimientos, la presidenta madrileña va a contracorriente una vez más. Qué esperar también de la responsable de los menús de Telepizza en la pandemia.
Las palabras de Ayuso han dado mucho que hablar. La presidenta madrileña no se ha contentado con mencionar su ocurrencia en el discurso, también en sus propias redes sociales. Esta vez la vergüenza ajena ha sido transmedia.
Font, article en "Público"
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