El invento permite transformar la luz infrarroja en colores visibles, por lo que ni siquiera requiere tener los párpados abiertos. Una tecnología que expande los límites de la visión
El ojo humano, en condiciones normales, solo puede detectar luz entre 400 y 700 nanómetros. Sin embargo, más del 50% de la energía solar se encuentra en el rango infrarrojo, invisible para nosotros. Esta innovación tiene el potencial de extender los límites naturales de la visión sin necesidad de procedimientos invasivos como los utilizados en pruebas previas con ratones.
Un invento que desafía los límites biológicos
"Nuestra investigación abre la posibilidad de dispositivos no invasivos que otorguen super-visión a las personas", señaló Xue. La ventaja adicional de estas lentes radica en que no bloquean la visión natural, permitiendo ver los colores normales y la información en infrarrojo simultáneamente.
Durante los experimentos, los sujetos pudieron detectar señales intermitentes emitidas por LED infrarrojo y reconocer su procedencia. Curiosamente, su capacidad de percepción mejoró con los ojos cerrados, debido a que los párpados bloquean más luz visible que infrarroja.
Entre las posibles aplicaciones destacan usos en tareas de rescate, seguridad y criptografía, donde los mensajes codificados mediante luz infrarroja solo serían visibles para quienes utilicen estas lentes. Además, los investigadores creen que este enfoque podría ser útil en personas con daltonismo, al transformar longitudes de onda no detectables en tonalidades visibles para ellos.
La tecnología aún presenta limitaciones: actualmente solo detecta fuentes infrarrojas muy intensas, como LED, y no permite visualizar emisiones de calor natural, como las producidas por el cuerpo humano. Aun así, si se consigue mejorar la eficiencia de las nanopartículas, podría alcanzarse una forma básica de visión térmica mediante lentes de contacto.
Font, article de R. Badillo per a "El confidencial"
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