Por un lado, debido al propio potencial renovable del territorio, que ha hecho que, por ejemplo, Iberdrola plantee la construcción de dos parques de eólica marina para sumar casi 1.000 megavatios de potencia instalada offshore. Por otro, a causa del apagón de las térmicas de Endesa en As Pontes y de Naturgy en Meirama, que liberado el espacio para que ambos grupos planteen inversiones renovables asociadas a la reindustrialización de las zonas de transición justa.
De sumar ambos elementos, la actualización de las propias infraestructuras y los nuevos proyectos de hidrógeno, metanol, eólica o bombeo, las tres grandes energéticas del Ibex, las de mayor capitalización, proyectan unas inversiones en Galicia que superan los 4.000 millones.
Endesa y el desarrollo eólico
Endesa trazó un plan en 2022 para suplir los 1.400 megavatios de la térmica de As Pontes, apagada por la premura de la transición energética, con 1.300 megavatios renovables y nuevos proyectos industriales que aseguraran la actividad en la comarca y en los terrenos que deja libres el desmantelamiento de la central. Las fábricas de Sentury Tire y de Ence son las apuestas más claras para conseguirlo. En paralelo, la energética proyectó la construcción de 1.300 megavatios eólicos en Galicia, la mayoría en As Pontes, que requerirían de más de 1.000 millones de inversión. Además, estos parques permitirían abastecer a Alcoa de energía renovable e instalar un electrolizador para hidrógeno verde en As Pontes con una potencia de hasta 100 megavatios.
Aunque Galicia es un enclave estratégico para el desarrollo eólico de Endesa, una parte de sus proyectos están ahora suspendidos de manera cautelar por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia debido al riesgo ambiental de su construcción, algo que también les ha sucedido con Naturgy y, en menor medida, Iberdrola.
Junto a estos proyectos, el grupo que dirige José Bogas está destinando una partida de 300 millones que reservó para la renovación de sus centrales hidráulicas y parques eólicos en la comunidad, donde es el tercer operador en ambas tecnologías. También en proceso está el desmantelamiento de la térmica de As Pontes, que requerirá de más de 100 millones.
El parón eólico
Si la estrategia de Endesa en Galicia se apoyaba sobre la construcción de eólicos, no corren los mejores tiempos para desarrollarla. El TSXG ha suspendido de manera cautelar 62 instalaciones que están a la espera de la cuestión prejudicial planteada ante el TJUE. Entre ellas, parques de la compañía como Serra de Piñeira, San Cristovo, Monte Neme o Chao do Marco, con una inversión prevista de 127 millones. Igual de afectada está Naturgy, con los parques Monte Peón, Meirama, Porto Vidros, As Encrobas o Campo das Rosas, presupuestados en unos 114 millones de manera conjunta. Iberdrola, el líder eólico de la comunidad por capacidad instalada, no se ha visto tan afectada hasta la fecha, aunque también ha sufrido paralizaciones, como la del parque Fial das Corzas, al que prevé destinar unos 28 millones.
El lío judicial no es la única incertidumbre que pesa sobre el sector, pues también han generado desazón las normativas impulsadas por la Xunta para obligar a repotenciar parques y a destinar parte de la energía de los nuevos proyectos a consumidores gallegos. Las patronales del sector achacan al Gobierno gallego la adopción de medidas expropiatorias e ilegales que ahondan más en la inseguridad jurídica.
Los grandes proyectos de Iberdrola
Iberdrola ha puesto sobre la mesa tres grandes proyectos en Galicia. Primero fueron los parques de eólica marina San Cibrao y San Brandán, frente a las costas de A Coruña y Lugo, y con una potencia de 490 megavatios cada uno. La inversión está por cuantificar ya que no hay certeza de que estos proyectos se desarrollen ni de cuál será su forma definitiva en caso de que lo hagan. Para ello, Iberdrola tendría que resultar adjudicataria en la futura subasta que organizará el Gobierno.
Más certeza parece que hay sobre la planta de metanol verde que pretende construir en Begonte junto a Foresa, filial química de Finsa, y que quiere tener operativa en 2027. El proyecto, denominado Green Meiga, requerirá unos 500 millones de inversión y tendrá una capacidad de producción de 100.000 toneladas anuales. La compañía de Ignacio Sánchez Galán prevé generar 426 puestos de trabajo durante la fase de explotación (fijos, temporales e inducidos) y alrededor de 6.000 empleos durante la fase de construcción. El Fondo de Innovación de la Unión Europea concedió a la iniciativa una ayuda de 122,9 millones.
La planta de Begonte dialoga con otra que los dos socios proyectan en Caldas de Reis, aunque de menor tamaño. Tendrá una capacidad de 2.900 toneladas anuales y requerirá una inversión aproximada de 45 millones. Además, tendrá un parque eólico asociado de 18 megavatios entre Padrón y A Estrada, al que destinará 14 millones más.
Por último, Iberdrola, que es un aliado clave para Navantia y Windar en la fabricación de componentes de eólica marina, proyecta la construcción de una gran central de bombeo entre Vilariño de Conso y Viana, que enlazará los embalses de Bao y de Cenza. La megacentral podría alcanzar los 1.800 megavatios. El diario ourensano La Región cifró la inversión en unos 1.500 millones y el periodo de construcción en unos seis años.
Naturgy supera los 1.000 millones
Naturgy tiene prevista una inversión de 590 millones hasta 2027 para la mejora de su red en Galicia, donde la heredera de Fenosa lidera la distribución eléctrica. Esta partida se destinará principalmente a innovación y aplicación de nuevas tecnologías vinculadas con la telemedida y la sensorización, aunque también para instalar nuevas líneas y subestaciones o para sustituir parte del tendido existente.
El grupo que dirige Francisco Reynés cuenta con autorizaciones para la instalación de ocho parques eólicos y tres repotenciaciones. Algunos de estos proyectos, validados por la Xunta en 2023 justo antes de que caducaran los derechos de conexión, fueron después parados por el TSXG. En base a la documentación presentada ante el Gobierno gallego, el presupuesto global de las instalaciones superaba los 312 millones de euros.
Junto al negocio del viento, la antigua Gas Natural también proyecta su primera central de bombeo en la comunidad en las presas de Os Peares y Belesar, con una inversión próxima a los 200 millones.
Es una de las principales iniciativas de la compañía en la comunidad junto a las planificadas con Repsol y Reganosa, una para una planta de hidrógeno en Meirama de 64 millones, y otra para el desarrollo de instalaciones de biometano y fertilizantes orgánicos a partir de purín y residuos en la que los socios prevén invertir 146 millones.
Font, article de Rubén Rodríguez Vázquez per a "Economía Digital"